Sólo
la entereza de experto cirujano, permitió al Dr. Moreau, aquella extracción balística
cerca al corazón de un chico llamado Paul. El secuestro del niño de diez años
en el Rabobank, de la Rue Saint Lázaro, había desencadenado un tiroteo. El
vigilante del banco, liberaba el niño de los brazos del secuestrador, mientras balbuceaba
por un doctor.
Las
manos ensangrentadas del Dr. Moreau, habían recibido —hacía unos disparos antes—,
una medalla con la foto de aquel niño abrazando al moribundo que yacía al costado.
«Cuida de él» –escuchó el doctor. Y leyó
en la medalla: "Antoine y Paul,
Moreau"
MANCHO
Panadero
de la Vida
Sin palabras. Interesante giro de acontecimientos.
ResponderEliminarGracias maestro por leerme. Espero muy ansioso aprender de tus experiencias y correcciones.
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