¿Día de amor y de amistad? No, señor. Día de aquel día en que nació el menor de cuatro hermanos en un pueblo muy lejano donde abunda el "plu con pla". Donde asoma su leyenda desafiando una contienda a la mismísima autoridad. A principio de los ochenta, en época de juergas, chicas, cuentos y oralidad en Tumaco, su pueblo natal.
Aún sigue vivo en los recuerdos, el secuestro de aquel pastuso que a la postre chuparía hasta de gusto. Sucedió en la calle Mosquera, la famosa vía de los policías que allí almorzaban cada día, cuando un vergajo se dio el gusto de apuntar y matar del susto al Mayor de la policía. El que a la postre ordenaría se aceptara la rendición de aquel muchacho a cambio de un favor.
¡Traer al gobernador! -en voz firme, gritó el Mayor-. Acompañe a estos vergajos que me tienen amarrado. Vaya escuche sus reclamos que después los capturamos.
Entonces, convencieron al solicitado a echarse un trago. Y, entre risas contando un chiste de pastusos lo llevaron de soslayo hacia la fiesta de muchachos. Nadie lo esperaba. Nadie imaginaba, y a decir de aquella escena macondiana como pueblo de leyendas ¡Quedaron todos espantados!
No fue hasta cerciorarse de ver el jefe de Nariño echarse un trago y, compartir moto y botella con el loco de mi tío-hermano cuando prosiguieron los aplausos. ¡Viva el gobernador! -gritó el joven García. Chuparon todo el día celebrando el cumpleaños: el pastuso, el tumaqueño y casi todos sus paisanos.
Al cabo de unas horas, y con voz de borrachera: -Tranquilo mi Mayor, al final del todo, todo fue solo una mamada de gallo- dijeron algunos policías y el pastuso, antes de irse todos, bien borrachos.
¿Quién olvida la toma de la calle Mosquera? Nadie, ó sino, que se lo pregunten a Bily-Bily, a Yuma-Yuma o a la Foca. Tal vez al viejo Jimmy que lo cuenta de otra forma, ó sino a la cucaracha. ¡Yo que sé! A cualquiera de esa racha. Quizás del amor y la amistad fuese aquel día, no interesa. Pero, muchos sí recuerdan desde entonces: La leyenda del Dr. García.
¡Feliz cumpleaños tío! El Señor te Bendiga con muchos años más de vida. Desde la distancia intentamos disfrutar siempre de tu entrañable simpatía con esperanza y mucha paz. Un brindis de alegría con humor y bienestar. Te desea tu sobrino, el panadero de la vida.
Buena prosa Manchini, tengo el recuerdo de aquella pilatuna que casi acaba, entre otras cosas, con el noviazgo de mi Yámil y la Sandrita Cantín; pareja de enamorados que amacizados en un balcón también estuvieron en la mira del cañón de la intimidante pistola con que amenazaba García a todo el que pasara y que resultó de utilería, jajajajaj, me salió en verso vea usted.
ResponderEliminarBuena prosa Manchini, tengo el recuerdo de aquella pilatuna, que entre otras cosas, estuvo a punto de acabar con el idílico romance de mi Yámil y la Sandrita Cantín, cuando el intimidante cañón de la pistola de García apuntó a sus humanidades y a cuanta cosa pasara comprobándose después que era un arma de utilería.
ResponderEliminarPensé que no había enviado mi primer comentario, por eso publiqué otro, y vea, casi lo redacto igual, en fin, si es bueno, dos veces mejor. Buena Manchini, un abrazo para ti y los tuyos.
ResponderEliminarGracias por darle vida a este relato con sus versos complementarios, es una gran motivación recibir otra versión que acompañe mi visión; y ya que usted, también es de Tumaco le invito a que comparta con nosotros, sus historias de muchacho. Tiene abiertos los despachos en este pequeño espacio de cuentos, letras, prosas, etc... !Ya que usted, sí es literato!
Eliminar¡Un abrazo rompe-costillas, igualmente!