En nuestra panadería la masa madre se enriquece con la grasa de la humildad y se sazona con una pizca de Fe, a modo de sal, pero también se añade un poco de azúcar musical para elaborar tartas de greguerías recubiertas con buen humor y una dulce nata de alegría.
Siendo la experiencia y el perdón y el rodillo de la creatividad los utensilios que nos alejan de la métrica de la razón. Por ello, con cada palabra y cada verso, convidamos
a nuestros lectores a usar la esencia de su imaginación para que enciendan la llama del mejor horno, el corazón.
Nuestra única petición es, por si alguno de nuestros panes llegase a inspirar a algún comensal, que por favor nuestro pan sea compartido para conseguir germinar más semillas de éste trigal.
German D. Ricaurte García
Panadero de la Vida