Hay relaciones especiales forjadas del camino y
sensaciones naturales que conectan los sentidos.
Hay diminutos detalles que fomentan el cariño y
personas que en segundos, dibujando una sonrisa,
transforman el destino.
Nadie huye a sus palabras... ¡tan conciliadoras!
Nadie escapa a su mirada… ¡tan cautivadora!
De su aurora reflejada, escapa, sin malicia, toda la
esperanza
que contagia una caricia; con abrazos de alegría,
besos de nobleza y soplos de energía, como almas escogidas.
Hay quien lo ve, quien lo siente, quien lo expresa y
quien lo vive cada
día, como el único de su vida.
Hoy te escribo convencido, desde adentro
y con franqueza y por detalles percibidos:
¡Que eres tú, una de esas relaciones especiales, con que
Dios me ha Bendecido!
German Darío Ricaurte García
-panadero de la vida-
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