Alguien dice algo, no sé quién es, parece una voz amiga «¿Eres tú, John?», pregunto sin fuerzas. «Seas quien seas, por favor… ¡Ayúdame!»
—No te apures— me contesta
una voz agradable—. Tu amigo John, no
está aquí. He venido a llevarte, pero aún falta un poco más. Debes relajarte,
con paciencia, estas cosas llevan su
tiempo.
—¿Tiempo?, tiempo es lo que yo llevo aquí ¡hombre!
No necesito más tiempo, necesito…
—¡Calla! No despilfarres más energías — me interrumpe con autoridad—. Las necesitarás para recordar a tus hijos, a tu esposa, a tu familia… o a tu amigo John, ¡eso será mejor!
-No, no puedo, no puedo recordar… estoy en blanco. Ya no
recuerdo más nada, todo lo he recordado ya, en este lugar, ahora no recuerdo
nada. Creo que mi memoria también ha sido devorada por el bicho de mi cerebro.
—Entonces llegó la hora. ¡Vamos, levanta! — me arenga.
—Espera, espera… ¿A dónde vamos sin mi cuerpo?
—No te preocupes
—¿Y mi cerebro?
— A donde vamos ¡no te hará falta! —me susurra, haciéndome levitar.
Baker life
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